Con la temporada de bodas terminada, aprovechamos este otoño tan cálido para hacer un reportaje postboda con mucha más calma que el día de la boda de Karla y David, y elegimos Asturias, además de por sus bellos paisajes, por los orígenes de Karla.
Llevábamos una semana pendientes del tiempo, tan inestable por el norte que hasta que no llegas allí, no sabes lo que te vas a encontrar. A pesar de las nubes, la temperatura era muy agradable, y no apareció ni gota de lluvia hasta el final del reportaje.
La gran ventaja de este tipo de reportajes, además de aprovechar el vestido :) , es que los novios están super cómodos, relajados, y se dejan llevar. El ir sin prisas y pensar bien los encuadres y tener tiempo de sobra para colocar el vestido y los detalles también es importante.
Os dejo un breve resumen de lo que hicimos en tierras asturianas, ¡espero que os guste!