Pocos veces he visto llover con tanta fuerza como aquella mañana en la puerta de la Iglesia de Santa María. Pero ni la lluvia pudo estropear el día de Rebeca y Javier. Fueron tan solo unos minutos a la llegada de la novia, y a partir de ese momento el cielo se abrió y todos disfrutamos de una boda maravillosa, tanto en la magnífica iglesia de Santa María de Tordesillas, como después en el Parador Nacional de Tordesillas.
Mejor os dejo con un resumen de lo que fue el día, porque las fotos hablan por si solas :)