Como me prometió, Sergio me sorprendió el día de su boda. Bueno, a mi y a todos. Al abrirme la puerta de su casa ya vi que íbamos a tener una boda divertida y original.
En casa de Ana, la novia, me encontré algunos nervios, pero Ana estaba bastante tranquila y guapísima. Y eso da mucha tranquilidad. Así que me fui a la iglesia a preparar la llegada de la novia.
Allí nos esperaban todos lo invitados, sorprendidos con la chistera y el bastón que lucía Sergio. Sin duda el novio más original que he podido fotografiar hasta ahora.
La ceremonia transcurrió con normalidad y a la salida una lluvia de arroz y confeti esperaba a los recién casados. Todos los invitados estaban muy animados, el tiempo acompañaba y los novios estaban radiantes y muy felices, así que a partir de este momento comenzaba la verdadera fiesta.
Fuimos a hacer una rápida sesión de fotos por Tordesillas antes de dirigirnos al restaurante El Bohio, en Simancas. También en su entorno, en el pinar, hicimos otra breve y divertida sesión de fotos de unos 10 minutos, lo suficiente para no perder mucho tiempo ni cansar a los novios, ya que les esperaban muchas horas de diversión.
En El Bohio todo fue sobre ruedas, empezando por el cocktail en su jardines, y terminando con la gran fiesta que casi se prolonga hasta el amanecer...