Aunque suene a tópico, esta boda ha sido muy especial. En primer lugar por los novios y el gran afecto que les tengo. Nos conocemos desde niños, y hemos compartido muy buenos ratos. Tenemos familia y amigos en común, y sobre todo, porque Virginia es de Santa Cruz de Boedo, el pueblo que vió nacer a mi madre, y donde he pasado momentos inolvidables a lo largo de mi vida.
En segundo lugar por el lugar que eligieron para celebrarlo: el Convento de Mave, seguramente uno de los mejores restaurantes para este tipo de celebraciones en la provincia de Palencia, y seguro que me quedo corto... Tiene unas instalaciones impresionantes. El hotel es un antiguo monasterio benedictino reformado que data de hace mil años, con una preciosa iglesia románica. Y los inmensos jardines ideales para que los críos disfruten sin ningún peligro.
Y en tercer lugar porque muchos de los invitados eran amigos o conocidos, y eso hace el trabajo mucho más fácil.
Me encantaron algunos detalles, especialmente dos por parte de Virginia: el ramo, tan sencillo como bonito: un ramo de espigas de centeno, un homenaje a la tierra y al oficio de su padre. Y también me encantó el tocado del pelo: un cardo, otra forma de homenajear el campo y sentir con orgullo ser de un pequeño pueblo de agricultores.
También hay que destacar que meses atrás hicimos un bonito reportaje preboda en Santa Cruz de Boedo que nos ayudo muchísimo, porque los novios estaban algo preocupados con el tema de la cámara y su timidez... ¡Bueno! ¡Qué me costó más de una hora que se dieran un beso delante mío! :)
Las fotos del preboda les gustaron muchísimo y se vieron muy bien, así que el día de la boda llevaban una preocupación menos, y eso se refleja en el resultado final. Pero bueno, que no me quiero extender más. Mejor lo vemos y disfrutamos de este resumen en video (recomiendo verlo en HD).