El pasado sábado fuimos testigos de una boda preciosa con Celia y Raúl como portagonistas. Nos fuimos hasta Alaejos para acompañar al novio mientras se vestía con la ayuda de su familia. Raúl estaba muy guapo y muy natural ante la cámara.
Y más tarde fuimos a Castronuño donde se vestía Celia en casa de sus padres. Había dejado aparcados los nervios que si que tuvo en el reportaje preboda, y estaba muy serena y muy feliz, con un vestido muy elegante de Rosa Clará.
Todos los pueblos tienen sus tradiciones y particularidades, y en Castronuño me encanta ese paseo que la novia se da con el padrino y acompañado por su familia hasta la iglesia de Santa María del Castillo, en un paraje impresionante asomando al Duero.
La ceremonia fue preciosa, con Celia y Raúl muy tranquilos, gracias en parte a Jose Luis, el sacerdote más divertido y simpático que hemos visto nunca.
A la salida de la iglesia, después de la clásica lluvia de arroz y algún que otro garbanzo, hicimos una breve sesión de fotos, intentando sacar partido de las maravillosas vistas que ofrece Castronuño, y del precioso Mercedes antiguo en el que los novios de iban a desplazar hasta las inmediaciones dee Toro para disfrutar del banquete.
En Bodegas Monte La Reina novios e invitados disfrutaron de un cocktail al aire libre en un entorno muy bonito rodeado de olivos, antes de pasar al comedor.